Las frutas secas como las nueces, las avellanas, castañas, almendras, pistachos, manís, han demostrado científicamente beneficios en la prevención de enfermedades.
Nuestro estado de salud depende en gran medida de lo que comemos, por esta razón, la clave de una dieta es que sea variada y equilibrada.
La mayoría de los expertos están de acuerdo en que el primer líquido para satisfacer las necesidades de un individuo es el agua.